domingo, 20 de diciembre de 2015

La diferencia entre ganar y vencer

@sanchezcastejon

Las cosas, como son. El PSOE ha soportado la presión de los dos partidos emergentes que le atacaban por la derecha y por la izquierda y ha logrado superar en unos 300.000 votos a Podemos. Se temía qué podía pasar si Podemos era segunda fuerza en votos pero tercera en escaños. ¿Quién sería el presidente? Esa duda ya no tendrá que ser resuelta porque los socialistas han luchado contra las encuestas y se han mantenido en la segunda posición.

Pero eso no significa que Pedro Sánchez vaya a ser el próximo Presidente del Gobierno, al menos no en el corto plazo. Es la primera vez en nuestra historia que nos levantamos sin saber quién va a vivir en La Moncloa. 

Porque la caída del bipartidismo –que apenas ha alcanzado el 50% de los votos– tiene una parte muy buena: la pluralidad va a llegar a la política de nuestro país, los pactos serán necesarios y se abren posibilidades como que el Parlamento controle de una manera eficiente al Ejecutivo y que, incluso, le plantee una moción de censura en caso de que sea necesario.

Pero no nos engañemos, también hay desventajas. ¿Quién será capaz de formar Gobierno? Y mientras duren la negociaciones, ¿quién controla el país? ¿Cuánto tiempo podemos estar con un Gobierno en funciones?

Sánchez es, en teoría, el que está mejor posicionado para capitanear España durante la próxima legislatura. La suma PSOE y Podemos alcanza los 159 escaños con los que, aún necesitando a uno o dos partidos más, podrían gobernar mediante la geometría variable. Como lo hizo Zapatero. Pactando cada ley para que pase el corte del Congreso de los Diputados. 

Sin embargo, Podemos no está formado solo por el partido morado. Compromís, Barcelona En Comú y las mareas gallegas han aportado una gran parte de los diputados que han encumbrado a la izquierda a la tercera posición. ¿Querrán ellos al líder socialista como Presidente? Es más, ¿querrán los socialistas gobernar a cambio de ser apoyados por los 'populistas'?

Al otro lado del tablero electoral, un pacto PP-Ciudadanos alcanzaría los 163 escaños. Son más que los del bloque contrario pero, ¿con quién puede pactar el PP? Durante estos últimos cuatro años se ha estado ganando enemigos por todas partes. Ha aprobado leyes sin consensuarlas con la oposición y ha despreciado al parlamentarismo. Tan solo los nacionalistas moderados como el PNV o incluso Coalición Canaria podrían apuntarse, pero Ciudadanos es el ariete principal contra los nacionalismos.


Es responsabilidad del líder socialista erigirse como el político capaz de aunar a varios partidos si quiere ser el próximo Presidente del Gobierno en un sistema fragmentado y con unos votantes mucho más observadores y críticos que anteriormente. Pedro Sánchez ha logrado ganar, pero aún no ha vencido.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Los tres escenarios más probables para el 21D

Último sondeo de 'El Periodic d'Andorra'

Hoy termina la campaña. Hoy terminan dos semanas en las que hemos visto debates a cuatro, puñetazos, descalificaciones, a un tal Ruiz... El tiempo para intentar convencer a los que todavía están indecisos –alrededor de un 20% según las últimas encuestas– termina hoy a las doce de la noche. 

Mañana tendremos la jornada de reflexión y el domingo España votará un Parlamento totalmente diferente al que hemos visto hasta ahora. ¿Y el lunes? ¿Qué pasará el 21D? Según las encuestas, una de estas tres opciones que presentamos se cumplirá y, oh sorpresa, ninguna aclara quién será el sucesor de Mariano Rajoy en La Moncloa.

El Mundo


1. PP y C's suman mayoría
Este era el escenario que pronosticaban las encuestas hace un par de semanas. El PP gana las elecciones pero aún necesita muchos diputados para alcanzar la victoria. Y Ciudadanos tiene esos escaños. ¿Cuáles serán sus exigencias?

Albert Rivera ha sido bastante ambiguo con este tema. Si bien siempre ha afirmado que no apoyará ni a Rajoy ni a Sánchez, también ha asegurado que permitirá la gobernabilidad del país, igual que ha ocurrido en las Comunidades Autónomas. 

Si la diferencia entre estos dos partidos es estrecha, se exigirá que caiga Mariano Rajoy. Los naranjas no sobrevivirían a darle el poder al hombre que aparece en los papeles de Bárcenas, al líder del partido que pagó su sede de Madrid con dinero negro. Soraya Sáenz de Santamaría y Alberto Núñez Feijó son los dos candidatos mejor posicionados, aunque este último no es diputado en el Congreso.

El Periódico


2. C's, PSOE y Podemos suman mayoría
Este escenario se abre en varios casos. El más evidente, si no se cumple nuestro primer caso. Pero otro partido podría llegar a la Moncloa si Albert Rivera ocupa la segunda posición. El catalán es el hombre de consenso que podría aunar las fuerzas de estos tres partidos con tal de que Rajoy no vuelva a ser presidente.

Pero hay varios problemas que se oponen a que esta hipótesis se haga realidad. En primer lugar, la manía que tienen todos los partidos de asegurar que no pactarán con nadie más. En segundo lugar, la heterogeneidad. Es difícil que los liberales y la izquierda se pongan de acuerdo, a pesar de que parece haber una buena relación entre Rivera e Iglesias. Además, Podemos va en coalición con partidos nacionalistas muy potentes en Cataluña, Galicia y en la Comunidad Valenciana y la relación entre Ciudadanos y los nacionalismos es muy mala.

No importaría mucho quien quedase segundo, ya que cualquier pacto tripartito se sostendría sobre "que Rajoy no repita como presidente". Y eso es algo que todos comparten.

ABC


3. Ni C's con PP ni un tripartito consiguen formar gobierno
Es difícil, pero no imposible. Bien porque ningún bloque tenga los escaños suficientes o bien porque no sean capaces de ponerse de acuerdo, esta es una posibilidad que no debemos descartar. Los pactos serán muy difíciles, ya que nadie quiere pactar con los independentistas catalanes o con Bildu. El resto de partidos nacionalistas tienen muy poca representación como para ser decisivos, igual que Izquierda Unida.

En este caso, el partido ganador tendría que recurrir a la geometría variable que hizo Presidente a Zapatero, es decir, a pactar con el resto de partidos cada ley que se quisiese aprobar en el Parlamento. La última opción sería repetir las elecciones.



La época de los pactos ha llegado y ya no habrá mayorías absolutas que puedan imponer su pensamiento por Real Decreto. En cualquiera de estos casos harán falta pactos, harán falta consensos que llevarán a unas leyes con mayor aceptación y mejores para todos. Es la oportunidad histórica de este país para alcanzar un pacto por la educación o para reformar la Constitución. Es el comienzo de una buena época para la política.

martes, 15 de diciembre de 2015

Round 3: La escenificación del hartazgo

@lasextanoticias

Yo quería hablar de cómo fue el debate de anoche. Quería hablar de las propuestas que presentaron los candidatos del PP y del PSOE. Quería hablar del carisma de los candidatos y de su habilidad confrontando ideas. Quería pero no voy a hacerlo. La razón es muy simple: anoche no me enteré de nada

¿Cómo voy a entender algo entre el barullo que formó el bipartidismo? Es más, ¿cómo voy a mantener la atención durante casi dos horas con un constante e incongruente cruce de datos y con un soporífero e infantil "y tú más"?

Si ya era difícil que en un debate como este alguien cambiase el sentido de su voto –¿quién va a estar dudando entre votar al PP o al PSOE?–, aún más difícil fue que alguno de los telespectadores se ilusionase con Mariano Rajoy o con Pedro Sánchez como para votarle el próximo 20 de diciembre. ¿Serán los ausentes los ganadores del debate?



Pedro Sánchez
Parece que las encuestas publicadas ayer en la mayoría de los medios (como El País, ABC o La Razón) dieron ánimos al líder socialista, que se mostró más combativo que en los debates organizados por El País y Atresmedia

Estas experiencias previas han enseñado un par de cosas a Sánchez como usar datos o emplear ejemplos con personas, que son los que llegan verdaderamente al espectador. Además, tuvo momentos destacables como la defensa de los dependientes que han dejado de recibir ayudas con el gobierno del PP.

Su estrategia se basó en enfadar a Rajoy para mostrarse como un verdadero candidato a la Presidencia del Gobierno, especialmente con la corrupción que ha azotado a los populares durante esta legislatura. Pero Mariano siempre está tranquilo, ese ardid nunca funcionará con él. Ese es su punto fuerte. Incluso cuando Sánchez le acusó de "no ser un político decente", Rajoy se mostró bravo y con genio, pero no cabreado.

Pero el error básico de Pedro Sánchez sigue siendo su falta de propuestas, o más bien la falta de capacidad para comunicarlas, como plantearon anoche en Hora 25. Los socialistas aún tienen que comprender que en estas elecciones se votará con ilusión y no con melancolía. Por cierto, prometer que facilitará los trámites para votar desde el extranjero cuando estos ya han votado no es un buen método para ganarse su apoyo.

La crítica constante a los cuatro años de la Administración Rajoy no funcionará sin un proyecto de futuro que aúne a los votantes de izquierdas.

Nota: 6,5



Mariano Rajoy
El Presidente del Gobierno salió muy fuerte al debate pero se desinfló pronto. No gastó energías en negar los recortes o la corrupción y utilizó esos minutos para prometer que creará empleo y para destacar los puntos fuertes de nuestro país. Ese es el Rajoy presidenciable que gana votos, el que apareció en casa de Bertín Osborne pero que suele permanecer dormido.

Y sería la hora intempestiva, porque a partir de la primera media hora ese Rajoy se durmió y el candidato del Partido Popular se puso a la defensiva. Todas las afirmaciones del líder de la oposición eran o falsas o ineficaces. Ni una crítica de fondo, no nos vayamos a herniar. 

Mariano cometió grandes errores como intentar negar el rescate bancario, centrarse durante todo el debate en la economía y ser condescendiente con su contrincante. A pesar de que se agenció algún punto como rebajar a Pedro Sánchez por utilizar en el debate la violencia de género, el candidato popular no volvió a destacar. No se mostró como un verdadero Presidente del Gobierno.

La avalancha de datos, la falta de humanidad y, especialmente, la enorme mochila que carga Rajoy llena de corrupción y paro, lastraron a un Presidente que podía haber ganado el debate si hubiese sido capaz de mantener el ritmo de la primera media hora. Un gatillazo que habría sido una verdadera calamidad si su rival hubiese sido Albert Rivera, pero que no significará una gran pérdida de votos.

Nota: 6


El debate fue aburrido y los contendientes, mediocres. Se dividió entre un ruido blanco indescifrable por las continuas interrupciones sinsentido y un constante recordatorio de lo que el otro ha hecho mal en el pasado. Pocas propuestas y aún menos ilusión. 

En definitiva, dos monólogos que consiguieron atraer muy pocos votos y un formato que ya debería estar superado en una televisión pública del Siglo XXI. Un último aullido de un bipartidismo que agoniza y busca salvarse desesperadamente. ¿Lo conseguirá?

viernes, 11 de diciembre de 2015

Todos contra Sánchez

  • El PSOE, en peligro de extinción
periodistadigital.com

Guerra. Esa es la palabra que mejor describe la campaña electoral en estos momentos. Guerra contra el que, aparentemente, es el rival más débil: el PSOE de Pedro Sánchez. Sus malas actuaciones en los dos últimos debates (el de El País y el de Atresmedia) han abierto la puerta al resto de partidos para intentar eliminar a los socialistas de una vez por todas.

Por un lado tenemos a Podemos. El partido morado casi ha acabado con Izquierda Unida, que incluso ha tenido que cambiar su nombre para esquivar los resultados penosos que obtuvo en las elecciones autonómicas, en las municipales y en las catalanas. 

Ahora su objetivo es el PSOE. Los podemitas atacan sin piedad por el flanco izquierdo, el que en estos momentos está más débil por la posición moderada de Sánchez. Sus patinazos centroderechistas, como insinuar que no derogaría toda la reforma laboral, y su incapacidad para distanciarse del Partido Popular han propiciado una huida hacia el partido de Pablo Iglesias.

Por el flanco derecho tenemos a Ciudadanos, el partido que es, según las últimas encuestas, el más cercano al centro ideológico, al lugar donde se ganan las elecciones en España. Su líder, Albert Rivera, es el mejor valorado y sus pactos con el PSOE en Andalucía le dan una imagen de socialdemócrata europeo que compite directamente con la de Pedro Sánchez.

Por último, el PP sabe que no obtendrá muchos votos de las filas exsocialistas, pero la tentación de debilitar a su rival más fuerte es muy grande. Divide y vencerás. Porque mientras la oposición a Mariano Rajoy se esté peleando, el Presidente del Gobierno se hace más fuerte. Esta es la única explicación posible a que, según la Cadena SER, los populares diesen como ganador del último debate a Pablo Iglesias –siempre en privado, por supuesto–.


Sánchez está notando la presión, lo demostró desgañitándose en este mitin mientras exponía, otra vez, los logros de los anteriores gobiernos socialistas. ¿Cómo no se da cuenta de que ese es precisamente el problema? Los votantes no miran al pasado, miran al futuro. Buscan candidatos carismáticos que les expongan propuestas que mejorarán sus vidas, no historiadores que les recuerden épocas mejores. El voto se consigue con ilusión, no con melancolía.

¿Cuál es la solución para el Partido Socialista? ¿Cómo puede darle la vuelta a esta situación? La realidad es que lo tiene muy difícil a nueve días de las elecciones. Si otros partidos con mejor imagen y sin errores en su pasado ocupan la izquierda y el centro, ¿qué espacio le queda al PSOE? 


Puede que la causa se sitúe en las primarias del partido. Aquellas que ganó Pedro Sánchez por, entre otras razones, ser el único candidato que se negaba a la celebración de un referéndum soberanista en Cataluña. Si un candidato de izquierdas hubiese tomado el control del partido, sus militantes de centro se habrían escapado, pero habrían conseguido mantener a aquellos verdaderos izquierdistas que votaron con ilusión a Felipe González en el pasado. Podemos sería un partido minoritario o incluso ni existiría. Pero no podemos cambiar la historia. Las elecciones están a punto de celebrarse y el PSOE tendrá que pagar por sus errores.

martes, 8 de diciembre de 2015

Round 2 con Soraya presente

Fuente: El País
Con Mariano Rajoy viendo el encuentro con su familia –a pesar de que aseguró que no podía asistir por problemas de agenda–, la número dos, que se ha tragado tantos marrones durante estos cuatro años, Soraya Sáenz de Santamaría, se enfrentó anoche al resto de presidenciables en un debate que fue líder absoluto de audiencia. ¿Estuvieron a la altura de lo que debería ser un debate electoral?



Pedro Sánchez
El candidato socialista mejoró con respecto al debate que organizó El País. Entre otras cosas, porque había mucho en lo que mejorar. Sánchez consiguió alejarse de la imagen de guapobot que no suelta el atril y se mostró activo, consiguiendo atacar a los partidos emergentes. Con los ataques al PP no tuvo tanto éxito, puesto que su trillado discurso de "el PSOE lo ha hecho muy bien y los corruptos del PP lo han hecho muy mal" no consigue convencer a nadie.

Por otro lado, y aunque consigue atacar a su verdadero enemigo que es Rivera, el uso de Venezuela y Grecia contra Pablo Iglesias es la peor estrategia que podía elegir. No funcionó porque son dos países que vemos lejanos y porque llevamos meses escuchando el mismo discurso y no va a funcionar a dos semanas de las elecciones.

Sánchez es el líder del segundo partido más importante de España, de ese partido que ha tenido cuatro años para situarse frente al PP. Y aún así no consigue mostrarse como el verdadero líder de la oposición que podría ser.

Nota: 7



Albert Rivera
La actitud propositiva del líder de Ciudadanos y su amplia experiencia debatiendo le sigue beneficiando. Además, su uso de gráficos sencillos de entender y sus constantes apelaciones a la "estabilidad" le muestran como un hombre eficiente y situado en el centro del espectro político, ese espacio en el que se ganará el día 20 de diciembre. El papel de nuevo Adolfo Suárez que Rivera quiere jugar le queda un poco grande, pero aspira a llegar hablando sobre la "Nueva Transición" y recogiendo el consenso que genera el rechazo a la violencia machista en los cuatro partidos.

Pero los nervios son perjudiciales, verdad ¿Albert? El candidato naranja se mostró nervioso, trabándose en alguna ocasión. Podemos imaginar que si las encuestas te colocan por delante del Partido Socialista e, incluso, empatado con el PP, la responsabilidad debe de subirte la tensión. Sin embargo, eso no debe transmitirse en un debate.

A Rivera se le nota cómodo con Soraya y eso le perjudica mucho. Deberá esforzarse en la campaña por alejarse de los populares si aspira a que los que apoyaron a Rajoy en 2011 voten naranja en 2015.

Nota: 8



Pablo Iglesias
Iglesias sigue fuerte. Se ha creído su slogan de "llega la remontada" –¿se cumplirá?– y se ve viviendo en La Moncloa. Esa actitud es necesaria en un candidato a Presidente del Gobierno, pero el candidato podemita consigue atenuarla para que no aparezca su lado dictatorial que tanto deben de temer sus asesores. Además, vuelve a hablar de "la gente" y de "las plazas", como en los orígenes de Podemos y a criticar fuertemente las puertas giratorias y la corrupción.

Pero en este debate faltó la ironía y los zascas –como los llama Ana Pastor– que suelen dar a Pablo Iglesias ese plus con el que se lleva la victoria. Pablo fue eficiente y lo hizo bien, pero no fue Pablo. Por intentar no tener fallos, evitó tener aciertos.

Nota: 7,5



Soraya Sáenz de Santamaría
Como en el debate de El País, el perdedor de este encuentro fue Mariano Rajoy. ¿Cómo va a quitarse las salpicaduras de corrupción que manchan su traje si no está en la batalla? ¿Cómo va a mostrarse como candidato sin enfrentarse a los otros candidatos? No acudir a este debate ha sido una estrategia cobarde. Cobarde pero efectiva, por desgracia. 

Soraya no desentonó en el encuentro como habría hecho Rajoy. Supo no interrumpir y mostrarse firme contra la corrupción y los recortes que ha llevado a cabo su Gobierno. Su momento estelar fue en la lucha contra la violencia machista, una faceta enterrada en el Partido Popular.

Pero la Vicepresidenta del Gobierno cometió un error capital que ya parecía superado y que, por el bien de su partido, más vale que no se les cuele en la campaña electoral: la herencia recibida. La cantinela de la herencia recibida que hemos tenido que aguantar durante cuatro años no ha servido para justificar los actos de esta legislatura y mucho menos servirá para ganar unas elecciones que miran al futuro y no al pasado.


Nota: 7,5


jueves, 3 de diciembre de 2015

Viva (esa) España


  • Bertín Osborne conversa con Mariano Rajoy

En primer lugar, voy a afirmar algo muy objetivo: Bertín Osborne no me cae bien. Ya está, no pasa nada. Tampoco es que haya una razón clave para que no me agrade, pero creo que no nos llevaríamos bien.

Pero apelando ya al titular, yo votaría a Mariano Rajoy el próximo 20 de diciembre si viviésemos en la España que describió #BertinyRajoy anoche. Esa España en la que no hay paro, no hay corrupción, no hay pobreza, no hay recortes... La vida de Mariano en esa España no tiene más sobresaltos que el pasar más de un día sin salir a caminar o el encontrarse con Obama en un gimnasio de Johannesburgo. 

Y es que, ¿cómo no voy a votar a Mariano? Si es el hombre que sobrevivió a un accidente  de tráfico, que amaba profundamente a su madre fallecida, que quiere y cuida a su padre y a sus hijos... Y ya si ves sus fotos familiares te planteas pedirle matrimonio. Porque, en #BertinyRajoy, Rajoy no es político. Rajoy es padre, hermano, amigo, compañero... Es el registrador de la propiedad más joven del país gracias a que estudió de 6:30 de la mañana a 14:00 y de 15:00 a 21:00. Y, por cierto, "¿qué me estás contando? ¿Que el AVE llega a Palencia y pronto llegará a Zamora? Pues yo pensaba que solo llegaba a Valladolid". Me da lo mismo lo que pensases Bertín, de verdad.

El único momento en el que Rajoy dio explicaciones sobre su gestión es cuando habló sobre la decisión de no pedir el rescate en 2012. Admitió que no justificaron bien los recortes que realizaron, pero no se cuestionó si fue una buena o mala decisión porque eso se daba por sentado. Y ese fue el tono general cuando se trataban temas de actualidad: las decisiones de estos cuatro años han estado bien tomadas. Podemos criticar un poco el contorno, pero debemos mantener la esencia. Como muestra: la corrupción. Este tema se trató durante un minuto y sin mencionar casos concretos, tan solo avisando de que Rajoy castigará a los corruptos.  

Quedan menos de 20 días para las elecciones generales. ¿Debemos votar a los políticos o a las personas? Ya no hablo de votar en función de la ideología, del programa o de la gestión, que sería lo suyo. Prestamos atención a las personas, no a los números o a las ideas. Votamos a candidatos en función de sus capacidades y, especialmente, de su carisma. Pero un candidato no es lo mismo que una persona, igual que no es lo mismo votar al Presidente del Gobierno o al líder del Partido Popular que votar a Mariano Rajoy, registrador de la propiedad y excelente hermano y padre.

Tampoco vamos a negar la evidencia. Rajoy consiguió votos anoche. Contar su vida, cocinar, estar relajado en un sofá, jugar al futbolín... Especialmente jugando al futbolín. Cristina Pardo reconoce que Rajoy es bueno en la distancia corta y eso lo demostró en los últimos momentos del programa con este juego, poniendo en apuros a Bertín Osborne con preguntas como "¿representarías a España en Eurovisión?"

Los exvotantes del Partido Popular que están muy cabreados con el Presidente ahora están reconsiderando su decisión. Pero los que se han ido del partido por ideología o por no coincidir con las decisiones que se han tomado durante estos cuatro años no van a volver por ver a Mariano en casa de Bertín Osborne. Veremos qué tal se maneja el Presidente en La Sexta Noche.


Nota: 7


martes, 1 de diciembre de 2015

Round 1 con Mariano ausente


  • Rajoy es el indiscutible perdedor por incomparecencia
  • Sánchez salva los muebles y Rivera e Iglesias aprueban con buena nota

El País celebró anoche el primer debate con tres candidatos que pueden ser Presidentes del Gobierno sin contar con el actual residente de la Moncloa, que sigue prefiriendo mantener su estrategia de Champions y Cope. Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias debatieron sobre economía, política social, educación, terrorismo o Cataluña, entre otros muchos temas.

Los candidatos hablaron durante más de una hora y media pero, ¿cómo lo hicieron? ¿Cuáles fueron sus propuestas? ¿Quién ha ganado?


Pedro Sánchez
Esto es como la eterna lucha entre Batman y el Joker. los principios de Batman le impiden matar a su enemigo, mientras que este no quiere asesinar al murciélago porque se quedaría sin un rival a su altura. Al PSOE le ocurre lo mismo con el PP. Sin el adversario principal, su discurso cae. La mayoría de los ataques del candidato socialista fueron hacia Mariano Rajoy, que no estaba en el debate, por lo que apenas dañó al resto de presidenciables que, sin embargo, sí le atacaron a él.

El argumento principal de Sánchez fue la historia del Partido Socialista. Apeló constantemente a los logros de su partido, especialmente los sociales de la primera legislatura de Zapatero. Pero Pedro no se ha dado cuenta de que en estas elecciones la experiencia no suma, sino que resta. El votante de la izquierda está muy cabreado con el PSOE y no quiere que le recuerden esa etapa. Frente a este discurso, la ilusión que busca crear Podemos es más efectiva.

Sánchez no tenía muchas oportunidades de ganar sin Rajoy enfrente y los ataques de Rivera e Iglesias le hicieron daño. Pero aún así supo aguantar exponiendo datos y, sobre todo, pinchando a Pablo Iglesias para que mostrase su lado autoritario que tantos votos le resta.

Nota: 6,25*


*: 0,25 puntos más por el sentido del humor de la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, que se coló en el vídeo en el que Íñigo Errejón valora el debate.




Albert Rivera
El candidato catalán ha alcanzado su mayor meta, la que le causa más dolores de cabeza: diferenciarse del Partido Popular. Exponiendo sus propuestas y pavoneándose de las condiciones que ha obligado a aceptar a los populares, ha logrado alejarse de la alargada sombra de Rajoy. Además, supo mostrarse como un verdadero presidenciable ofreciendo una imagen de hombre que puede asumir la presidencia del gobierno.

Por otro lado, Rivera gastó muchos minutos en atacar a Podemos cuando no va a obtener ningún voto del partido morado. Podía haber aprovechado ese tiempo para fustigar a Mariano por no acudir al debate o para recordar la corrupción que ha sufrido el PSOE. Además, sorprende que no se haya lucido en el bloque de Cataluña, tema en el que suele destacar. Parece que Arrimadas fue una buena opción al fin y al cabo.

Rivera demostró su experiencia en los debates y supo atacar a todos sus contrincantes, tanto a los que asistieron al evento como a los que no. Pero es cierto que se echó de menos algo de pasión en el discurso que habría rematado una buena actuación.

Nota: 8


Pablo Iglesias
Parece que el cara a cara en Salvados y el debate en la Universidad Carlos III han servido como un buen entrenamiento tanto a Rivera como a Iglesias. Su actuación también fue muy destacable, especialmente en la ideología y en política social. Añadimos a esto unas dosis de ironía ácida que corroe a los otros dos candidatos y sus constantes apelaciones a la tranquilidad y a la mesura del debate que le sitúan en el centro político y nos encontramos con un buen resultado.

El punto débil de Pablo Iglesias es el Pablo Iglesias de hace unos meses, el que estaba todas las semanas en La Sexta Noche y actuaba como un perro fiero contra la casta. El Pablo Iglesias mandón y cabreado que ha provocado la caída en las encuestas de Podemos. Ese Pablo Iglesias que ha conseguido resucitar Pedro Sánchez durante algunos momentos del debate.

Podemos sigue ilusionando a sus bases y su candidato sigue siendo un excelente contendiente, pero han pasado muchos meses desde las elecciones europeas y el partido morado ya no ocupa la primera plaza en las encuestas. Solo falta un mes para las elecciones. ¿Lograrán los podemitas la remontada? ¿Abre este debate el camino hacia la victoria?

Nota: 8,5


Mariano Rajoy
Puede que Pedro Sánchez no estuviese brillante en este debate, pero el menos estuvo. Su contrincante directo, Mariano Rajoy, prefirió ausentarse y, por tanto, no pudo defender su proyecto ni su gestión durante esta legislatura. Todos los ataques que recibió el PP quedaron sin réplica. Una oportunidad perdida para el candidato que más se juega.





Nota: 0