domingo, 31 de julio de 2016

Mi verano de becario III

Tercera parte: La generación Z, nuestra generación
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A los que pertenecemos a la Generación Z —los nacidos después de 1994— nos ha tocado una época fascinante para vivir. Muy dura, pero fascinante al fin y al cabo. Tenemos todo un reto por delante: cambiar la tendencia que nos lleva a vivir peor que nuestros padres. Cambiar el mundo.

Hemos visto cómo nuestros hermanos mayores pasaban años y años estudiando con la promesa de que tendrían un futuro brillante. Y les hemos visto estrellarse contra el suelo. Se nos han caído los esquemas. Si a ellos les golpeó la crisis, nosotros ya nacimos con ella. Si a ellos les pillaron por sorpresa el terrorismo y el cambio climático, nosotros ya les conocemos. Ellos y ellas se rebelaron y se echaron a las calles, pero somos nosotros los que tenemos que apuntalar esa rebelión y llevarla adelante.

Creo que las generaciones más mayores, las que ya llevan años trabajando, se han dado cuenta ya del papel que nos ha tocado interpretar a nosotros. Han visto que cambiaremos el mundo y nos quieren ayudar. Ya son bastantes las personas de mi entorno que me han dado consejos en plural, como miembro de mi generación, y aún más las que me han dicho qué piensan de “la gente de tu edad”.

Esto también ha pasado en mi trabajo. Una compañera a la que le toca lidiar cada verano con becarios y becarias me contó el otro día qué piensa de nosotros. Nos ve con mucho potencial, el suficiente para cambiar realmente las cosas. Pero también cree que permanecemos inmóviles. Que nos limitamos a seguir la corriente que se nos ha dictado sin pensar en qué nos gusta realmente o en qué queremos hacer. Y tiene razón.

Consejos que todo becario estudiante en prácticas debe seguir cuando empieza a trabajar en una empresa


1. La ventaja de tener un valor añadido
Como hemos visto, el gran riesgo de nuestra generación es seguir a la manada. No diferenciarnos. Limitarnos a caminar por el sendero Colegio-Instituto-Bachillerato-Carrera-Prácticas-Trabajo sin pensar en los pasos que estamos dando. La generación de nuestros hermanos mayores, la de los millenials, creció pensando que ese camino era el adecuado. No fue así. No podemos volver a cometer ese mismo error.

Esa compañera de trabajo me dijo que le fastidiaba que nuestra generación no se interesase por las cosas del día a día, que se resignase a aceptarlas tal y como se presentan. Que los chavales de 20 años no estén todo el día preguntando, proponiendo y quejándose como deben hacer.

Diferenciarte de los demás, ser innovador y propositivo, no es solo un consejo para obtener un 10 en tus prácticas —que también—. Es una forma de vida que nuestra generación debe adoptar si de verdad queremos —y queremos— cambiar las cosas. Agachar la cabeza durante 20 años para obtener unas marcas excepcionales puede no darte trabajo; levantar la mirada y destacar entre los demás siempre tiene mejor resultado.




NOTA: Para más información sobre la Generación Z, recomiendo este reportaje de Daniel Verdú: http://politica.elpais.com/politica/2015/05/02/actualidad/1430576024_684493.html

domingo, 24 de julio de 2016

Mi verano de becario II

Segunda parte: Sentimientos en el ambiente laboral
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El otro día, una periodista de Aragón Radio que ya lleva unos cuantos años trabajando en el medio me contó alguna anécdota laboral y, entre ellas, una en concreto me llamó mucho la atención. Hay unos cuantos oyentes fieles que suelen marcar el teléfono cuando pedimos participación a través de las ondas. Son pocos, pero siempre son bienvenidos. 

Resulta que uno de esos oyentes —cuyo nombre debí apuntar—, un pastor, tuvo que llamar a gritos a su perra mientras hablaba en directo con la radio. La perra se llamaba como mi compañera y no era una casualidad, le había puesto su nombre por ella. Y no era un admirador excéntrico ni un hombre con poca imaginación. Simplemente le había puesto a su mascota el nombre de la mujer que le acompañaba todas las mañanas.

Es muy difícil que nos enganchemos a la radio en grupo, no es Snapchat. La radio es un medio de comunicación personal. Íntimo. Hay colectivos que tienen que acostumbrarse a pasar la mayor parte de las horas del día solos: ancianos, agricultores, pastores, taxistas… Para ellos la radio no es un entretenimiento durante los trayectos en coche. Es la voz que les acompaña durante una enorme parte de sus vidas y eso crea una relación especial entre el oyente y el emisor.

Conclusión:

Consejos que todo becario estudiante en prácticas debe seguir cuando empieza a trabajar en una empresa

1. Lo que haces es importante para otra gente
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¿Qué quiero decir con la parábola esta que me he marcado del pastor y la radio? ¿Qué en tus escasos meses de trabajo no remunerado vas a conseguir cambiar la vida de la gente? No. No directamente, al menos. Pero lo que hagas, sea lo que sea, sí será importante para muchas personas. 

Da lo mismo que trabajes dando noticias y entretenimiento, como es mi caso, o fabricando tornillos. Esos tornillos acabarán sirviendo para montar la cama de una pareja que comienza una vida junta o será la primera piedra de una start up que dará trabajo a mucha gente. Por primera vez, dejas de trabajar por ti mismo para empezar a trabajar por ti mismo y por otros. Y eso es una gran diferencia.

2. Qué hacer cuando te llevas una bronca
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Esta vez la anécdota no es lo importante. Dejémoslo en que algo no salió bien en uno de los programas y hubo un toque de atención hacia el equipo. Pero esa llamada al orden me sirvió para preguntarme qué debe hacer un becario cuando se lleva una bronca.

En primer lugar, lo más preocupante sería que no te llevases ninguna. ¿De verdad crees que empezando de cero vas a hacerlo todo bien? Si no te han llamado nunca la atención, es porque no se han preocupado demasiado por cómo lo has hecho ni por cuánto has aprendido. Así que más vale asumir que en algún momento u otro nos va a caer un rapapolvo por haberla cagado.

Una vez que llega, hay que aceptarlo. Mantenerse firme y diplomático y reconocer que te has equivocado. Ellos y ellas también se equivocan todos los días, no pasa nada. La diferencia está en quién lo reconoce y quién echa la culpa a los demás. Y nunca es bueno estar en el segundo grupo.

Por último, aceptar las críticas no significa renunciar a lo que piensas. Si crees que en realidad no te has equivocado y que te están culpando por algo que no has hecho —y muy probablemente esto también ocurrirá—, es casi un deber moral no renunciar a tu punto de vista. Expresarlo con educación y humildad, pero expresarlo. Porque puede que en ese momento incrementes la ira de tu superior, pero te aseguro que tendrá en cuenta el valor y la entereza. Y ya si consigues mantener tus ideas con elegancia y sin perder los nervios, te marcarás un plus.


Si tienes algún otro consejo que quieras compartir o una anécdota que te haya ayudado en tus prácticas, no lo dudes. ¡Compártelo en los comentarios!

domingo, 17 de julio de 2016

Mi verano de becario I

Primera parte: Del mundo académico al mundo laboral

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Como la cosa politiquera está más bien paradilla con Pedro Sánchez y Andrea Levy en el FIB y con Felipe González atrapado en la puerta giratoria esa de la que no sale desde los noventa, voy a escribir un poco sobre mi experiencia como becario en Aragón Radio. No preocuparse, si sale mal solo estaré unas semanas dando el coñazo mientras disfrutáis de las playas de Peñíscola y Salou con un mojito en la mano… Empiezo a replantearme muchas cosas.

En mi familia los veranos se han dividido históricamente entre aquellos en los que hay que ahorrar un poco y los que hay que ahorrar y punto. Este es de los segundos y, como tampoco tengo la fuerza de voluntad suficiente como para pasarme casi tres meses dormitando en el sofá y jugando al Far Cry Primal, decidí buscarme unas prácticas en alguno de los medios de comunicación de Zaragoza

Para quien no conozca la ciudad, decirle que es grande, pero tampoco es precisamente una metrópolis. Así por encima, hay tres canales de televisión (TVE, Aragón Televisión y ZTV), cinco grandes cadenas de radio (SER, Onda Cero, Cope, RNE, y Aragón Radio), dos periódicos en papel (Heraldo de Aragón y El Periódico de Aragón), tres agencias de noticias (EFE, Europa Press y Aragón Press) y algún medio digital como El Diario Aragón o Aragón Digital. 

Parecen bastantes, pero ya sea por la situación económica o por lo poco abultado que —de momento— está mi currículum (más bien será por lo segundo) solo me ofrecieron trabajar en dos de ellos: El Periódico de Aragón y Aragón Radio. 

Me acabé decidiendo por la radio por una razón: me prometieron que iba a salir con la unidad móvil *babas* y que iba a poder proponer mis propios temas *más babas*.

Y después de esta mini introducción de cuatro párrafos, voy con lo que realmente quería escribir: los consejos que todo becario estudiante en prácticas debe seguir cuando empieza a trabajar en una empresa.

Consejos que todo becario estudiante en prácticas debe seguir cuando empieza a trabajar en una empresa

1. Tranquilidad
El primer día te van a inundar el cerebro con tareas que hay que hacer (“que hay que hacer”, en infinitivo, no significa que las vayas a hacer todas tú), normas, procedimientos, rutinas… Aún si intentan no agobiarte, te vas a agobiar. Y es lo lógico, por otro lado. Solo vas a estar unos meses y tienes que aprender a ser un miembro más del equipo muy rápidamente.

Mi consejo es el que te daría Mariano Rajoy

"No corras, camina rápido."

Se llega más lejos y en mejor estado. Asiente a todo, ya lo irás asimilando poco a poco. Y, sobre todo,  pregunta todas las dudas que tengas. Todos han sido estudiantes alguna vez y, ya solo por la nostalgia que les evoca el hecho de que tengas veinte años menos que ellos, te van a ayudar.

2. Memento mori
Recuerda que vas a morir. Laboralmente hablando, claro. No tienes un puesto de trabajo que conservar ni una familia a la que alimentar, así que no tengas miedo a equivocarte. No se va a hundir el mundo.

Por otra parte, tampoco tienes que ganarte el respeto ni la simpatía de nadie, y eso es un gran alivio que, paradójicamente, te llevará a ser más natural y a caer bien entre los compañeros. 

Si necesitas que alguien te enseñe a realizar una cosa concreta, pídeselo. No le vas a caer mal por ello pero, aunque así fuera, es muy probable que no vuelvas a ver a esa persona. ¿Qué tienes que perder?

PAUSA

Para cuando aprendí estas dos lecciones, me di cuenta de una cosa: ya no estaba en la Universidad. Ese maravilloso sitio en el que te saltas una clase (o varias) para ir a la cafetería y no pasa nada; en el que te retrasas en la entrega de un trabajo y, con un poco de súplica de por medio, te dan unos días más de plazo. Y eso se nota.

En mi caso, nunca había estado en el ambiente laboral y el cambio ha sido grande. En primer lugar, el ritmo es mucho más rápido. Esto dependerá mucho del trabajo, por supuesto, pero no es comparable a tener cinco asignaturas cada cuatrimestre. 

Por otro lado, en el mundo laboral la gente está preocupada por cosas hasta ahora inexistentes en mi vida, como la productividad, los objetivos o los temibles “cambios” que realizan los directivos. 

Esos cambios que realizan sobre el papel y buscan mejorar los resultados, se traducen en gente que debe cambiar de horario, que cobra menos, que trabaja más o que pierde el empleo. 

Esto puede asustar un poco al principio, pero más vale acostumbrarnos o sufriremos más de lo necesario cuando nos despidan —y siempre vamos a perder un empleo o más—.

FIN DE LA PAUSA


A lo tonto solo he dado dos consejos, pero son muy buenos. A mí me han ayudado mucho en esta primera etapa de mi trabajo como estudiante en prácticas y espero que a vosotros y a vosotras también. Voy a parar aquí, que a lo tonto me estoy alargando mucho. ¿Qué consejos le darías tú a un becario?

domingo, 3 de julio de 2016

Errejón estaba en lo cierto

Lo confieso, yo era de los que pensaba que cinco y uno sumarían seis. Me desnudo —ideológicamente hablando, claro— y no voy a decir a toro pasado que estaba claro que la alianza no iba a funcionar por esto y por lo otro, no. Yo creía que Unidos Podemos superaría al PSOE; por pocos votos, pero creí que lo iba a hacer. Recordaba los argumentos que Podemos usaba en diciembre para rechazar la alianza con IU (no a las sopas de letras… “que se queden con la bandera roja”… ) y los desoía. Un error.

Como yo, la mayoría de los personajes y personajillos que salen por televisión —a excepción de Paco Marhuenda, al que le tengo que reconocer que acertó— decían que habría sorpasso. Y ahora que no lo ha habido y muchos nos hemos equivocado, intentamos buscar la explicación. Apenas nadie reconoce que se ha equivocado. El problema ha estado en la comunicación, en la campaña del miedo o incluso en el brexit (curioso argumento, teniendo en cuenta que el referéndum británico fue convocado por los conservadores). 
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Curiosamente, sí hay alguien que ha reconocido que se equivocó: Íñigo Errejón. El número dos de Podemos, que ya avisó de que la alianza no funcionaría, acepta que acató la decisión de juntarse a IU y, por tanto, que él también tiene parte de la culpa de este fracaso electoral. 

Pablo Iglesias, por su parte, achaca la pérdida de un millón de votos al “miedo a lo nuevo”. ¿Miedo a lo nuevo entre los votantes potenciales de Podemos? ¿Cómo puede ser eso posible? Si tuvieran miedo, no les habrían votado en Diciembre.

Por supuesto, habrá muchos factores que expliquen el tropiezo de Unidos Podemos. Unos ya se han señalado y otros, probablemente, no los lleguemos a descubrir nunca. A mí me gustaría señalar uno en concreto: UP ha perdido votos por ambos extremos por creerse que ya tenía asegurados los seis millones de electores que les apoyaron el 20D. Los socialdemócratas se han ido al PSOE por miedo a los comunistas de IU, mientras que los comunistas de IU no se han visto representados en la alianza y se han quedado en casa.

Desde Podemos advierten que hará falta tiempo para analizar estas elecciones y tienen razón. Para lo que sí han estado rápidos ha sido para alertar a los disidentes, Pablo Echenique ya ha avisado de que se extirparán “las malas hierbas”. ¿Cuáles son las malas hierbas que habría que extirpar? Porque parece que los equivocados son los que apostaron por la alianza. Habría que extirparlos a ellos, ¿no?

La alianza con IU ya es irreversible y los socialdemócratas cansados del PSOE no volverán a Podemos fácilmente. La única opción ahora es apostar por la alianza, diluir a IU poco a poco hasta llegar al punto de izquierdismo adecuado y realizar una gestión genuinamente impecable en los ayuntamientos del cambio para presentarla como aval  de eficiencia y experiencia dentro de cuatro años. 


Sin embargo, si se intenta volver a la centralidad del tablero demasiado deprisa, el partido puede perder su credibilidad y beneficiabr al PSOE. En esa situación, habría que esperar a otra crisis económica e institucional que permita a la nueva política colarse entre las grietas del bipartidismo. Claro que, al paso que vamos, esta no creo que tarde mucho en llegar.