viernes, 1 de mayo de 2015

REPORTAJE | Se acaba el tiempo para la filosofía

  • "El edificio está obsoleto", avisa el Decano
  • Tras dos incidentes, los alumnos de Filosofía y Letras vuelven a reclamar la reforma de la facultad

Numerosos desperfectos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza
Fuente: Secretaría del Decano
Hoy va a visitar el campus de Plaza San Francisco de la Universidad de Zaragoza. Por favor, siga el recorrido que le proponemos. Suba a la sexta planta del edificio Interfacultades —por las escaleras si está en buena forma— y contemple desde la biblioteca toda la ciudad. Entre a la Facultad de Ciencias y disfrute con las exposiciones y los suelos de mármol. Vaya a la de Derecho, donde un imponente león del escultor Sergio Abraín le recibirá, y siéntese en el aulario para, simplemente, contemplar cómo pasa el tiempo. Ahora diríjase a la Facultad de Filosofía y Letras y tenga cuidado. No use el ascensor, es pequeño y puede quedarse colgado. Si se encuentra en invierno, evite acercarse a los radiadores en la planta baja y no se quite el abrigo en la planta cuarta. Respecto a los baños, acostúmbrese rápido. Sea paciente con la velocidad de Internet. Los asientos son antiguos, es normal que sean incómodos…

Esta enumeración de incomodidades podría continuar, aunque no pasaría de la mera anécdota si no fuera por un fenómeno inevitable que torna el asunto en algo más serio: la lluvia. Si los habitantes de la aldea  gala de Astérix y Obélix tenían como único temor que el cielo se les cayese sobre la cabeza, a los alumnos que estudian en la Facultad de Filosofía y Letras les ocurre algo parecido cuando llueve. Así quedó reflejado cuando, el pasado día 23 de marzo, tras unas importantes lluvias, un protector de un foco le cayó a una alumna en la espalda. Al día siguiente, un trozo de techo de la sala de lectura se precipitó y hubo que acordonar varias mesas. ¿Es peligroso estudiar en Filosofía y Letras? “No”, asegura el Decano de la facultad, Eliseo Serrano. Sobre estos dos acontecimientos, Serrano dice que la caída del protector es “puntual” y que el estado de la sala de lectura es “preocupante”, pero que esta última estancia no está gestionada por la facultad.

La caída del techo ha provocado la aparición de goteras, que se unen a las que ya hay desperdigadas por los despachos de la cuarta planta del edificio y a las filtraciones en las paredes de los sótanos. "El edificio está obsoleto", concluye el Decano. "Es inservible", añade. Los arquitectos Ricardo Marco y Juan Gayarre, responsables del proyecto de reforma de la Facultad de Filosofía y Letras aprobado en 2006 que aún no se ha puesto en marcha, se unen a las críticas, avisando del "peligro real" que existe para los estudiantes de la Facultad y asegurando que los accidentes y los desprendimientos aumentarán con el tiempo.

Historia de una reforma
La Facultad fue construida al mismo tiempo que los edificios de Derecho y Ciencias, pero estos últimos fueron reformados y, la mayoría de sus fallos, subsanados, mientras que el estado de Filosofía y Letras empeoró gradualmente. La razón por la que se reformaron estos dos edificios antes que Filosofía y Letras estaría relacionada con el número de alumnos –mayor en estas facultades–, según Serrano y Mª José Ferrando, portavoz de Educación en las Cortes y diputada autonómica por el PP.

Techo derrumbado de una sala de la Facultad
Fuente: Secretaría del Decano
La situación se intentó revertir en 2006 cuando se presentó oficialmente el proyecto de reforma y ampliación de los arquitectos Ricardo Marco y Juan Gayarre. La previsión era demoler el edificio de Filología, el más afectado por los desperfectos, construir uno nuevo en su lugar y reformar de forma integral el otro edificio de la Facultad. El proyecto se enmarcó en el Plan de Infraestructuras de 2012 y el Gobierno de Aragón lo exhibía con orgullo. Pero la Facultad de Filosofía y Letras no constituía el único cambio que iban a sufrir las infraestructuras de la Universidad. Las obras en el Paraninfo y en la Facultad de Educación  copaban el presupuesto y la reforma se fue postergando.

La crisis económica llegó y el color del edificio Pignatelli cambió. Pasó 2012 y las obras no comenzaron. En los presupuestos  de 2014, la partida de Infraestructuras para la Universidad contaba con 0 euros, mientras que en los de este año 2015 este apartado ha sido eliminado, según el Decanato. Marco y Gayarre se encuentran sorprendidos por la falta de fondos para el proyecto, mientras que desde el Partido Popular lo achacan a la crisis económica y reclaman que la financiación básica de la Universidad se ha mantenido a pesar de una reducción del presupuesto de Educación de un 14%. 

¿Y de quién es la responsabilidad de que el proyecto vuelva a arrancar? El Decano no tiene dudas, afirma que para el rectorado y para la consejería –especialmente, recalca, para la consejera, Dolores Serrat– la reforma de la facultad "es la prioridad en cuanto a infraestructuras”. Pero, "la presidenta dijo claramente que no había dinero para la Universidad". "Que no hay dinero es una excusa, de vez en cuando ocurren milagros y se han invertido muchos millones en infraestructuras para enseñanzas medias", opina.

En cuanto al futuro, la facultad está preparada para la obra –en el proyecto de reforma se contemplaba cómo continuaría la actividad académica durante las obras– y, para el Decanato, lo ideal sería empezar "hoy". Por su parte, los arquitectos Gayarre y Marco recuerdan que, actualmente, los precios de la construcción son mas bajos que en 2006, por lo que el proyecto se podría contratar por debajo de lo presupuestado.

Ferrando asegura que si su partido vuelve a gobernar, la reforma se llevará a cabo, ya que “sería una imprudencia no realizarla”. Sin embargo, el Decano duda de si el actual ejecutivo realizaría el proyecto. “Me gustaría pensar que sí”, admite. Las tres partes –arquitectos, universidad y gobierno– aseguran querer centrarse en la reforma, pero no descartan el traslado a otros edificios.


“La facultad es la cuna de mucho saber aragonés”, recuerda la portavoz popular. Sería interesante saber qué pensarían María Moliner o José Antonio Labordeta del estado del edificio, pero el tiempo no va hacia atrás, sino hacia delante. Y a la Facultad de Filosofía y Letras se le está acabando.

La facultad de Educación. ¿El ejemplo a seguir? Y en el otro extremo de esta situación nos encontramos con la nueva Facultad de Educación. Esta construcción contó con 17 millones de euros adjudicados en 2006, que se incrementaron en 3 millones en 2012 porque las obras estaban paralizadas. "Faraónica" para la portavoz de Educación en las Cortes y "necesaria" para el Decano de la Facultad de Filosofía y Letras, lleva funcionando desde febrero de 2014, aunque cuenta con desperfectos e incomodidades como la falta de enchufes. Hasta que la construcción de este edificio finalizó, los alumnos de Magisterio recibían sus clases hasta en ocho edificios diferentes, según Heraldo.

Alejandro Santos
@santosbenedi 

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