miércoles, 18 de febrero de 2015

Un final de ciclo made in spain

Ensayo sobre la Ley para la Reforma Política

¿Se imagina acabar con una dictadura usando los
Adolfo Suárez en TIME (Junio de 1977)
Fuente: content.time.com

mecanismos de la misma? ¿Se imagina a un monarca absoluto renunciando a su poder? ¿Se imagina a un diputado en unas cortes franquistas peleando por legalizar un partido comunista?

Algunos historiadores sostienen que la historia de España es independiente de la historia europea. Mientras el resto de los países del continente dejaban atrás el Antiguo Régimen con las conquistas de Napoleón, España se aferró a su catolicismo y a su rey Fernando VII El Deseado. Cuando Europa ardía en las dos guerras mundiales, España se mantuvo neutral y, entre estos dos conflictos, los españoles se enfrentaron en una carnicería civil. Ya en los setenta la democracia era algo incuestionable en toda Europa. ¿Toda? No, toda no. En España se mantenía la dictadura. Con estos antecedentes, ¿cómo íbamos a esperar que el paso de un sistema autoritario a uno democrático fuese normal

El inconveniente de las dictaduras es que la gente se muere. Y si los que se mueren son los opositores está bien, pero cuando se muere el dictador nos encontramos con un problema. ¿Cómo puede sobrevivir el franquismo a la muerte de Franco? El régimen se aferró a lo que le había legitimado durante toda su historia: el 18 de julio. Franco podría estar muerto, pero el recuerdo de la guerra seguía vivo –ya se había encargado el sistema de mantenerlo–.

Los impulsores de este proyecto continuista fueron Carlos Arias Navarro, presidente del Gobierno, y Manuel Fraga, ministro de la Gobernación. Su propuesta consistía en realizar reformas aperturistas, pero sin llegar a dar el salto hacia la democracia, y que las instituciones del sistema suplieran el papel de Franco. 

Una de las reformas de este “aperturismo controlado” era la legalización de algunos partidos políticos, pero el Gobierno no consiguió reformar el Código Civil para hacerlo posible. Hasta aquí llega la parte lógica de la historia, los miembros de una dictadura no aceptaron la legalización de la actividad de sus opositores. Normal. Es una dictadura. 

Sin embargo, Juan Carlos I, que en ese momento tenía los mismos poderes que un monarca absoluto, nombra presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, que elige a unos ministros jóvenes, reformistas y conocedores de la estructura del estado franquista. Ese tal Suárez, un desconocido para la mayor parte de la opinión pública que recita versos de Machado en las cortes, realiza once días después de su nombramiento una declaración de intenciones afirmando la soberanía nacional y proponiendo como sistema la democracia basada en un pluralismo político real.

Adolfo Suárez jura su cargo como Presidente del Gobierno
Fuente: rtve.es
¿Un pluralismo político real? Si el franquismo había rechazado la legalización de algunos partidos, ¿cómo iba a aceptar un pluralismo político real? Parece una locura, pero debemos recordar que seguimos estando en España. 

El primer paso del gobierno de Suárez fue conseguir la aprobación del proyecto de reforma del Código Civil de Arias Navarro y Fraga y una amnistía para los presos políticos. Es entonces cuando comenzó el verdadero desafío: acabar con el régimen sin salirse de la legalidad del régimen. El franquismo no contaba con una Constitución, sino con una serie de Leyes Fundamentales que definían el sistema. Era necesaria, pues, una última ley fundamental que cambiase el modelo autoritario por el democrático. Era necesaria la Ley para la Reforma Política (LRP). 

El Consejo Nacional del Movimiento debía expresar su opinión sobre la LRP y, después, las Cortes debían aprobarla. Como el Consejo propuso las reformas necesarias para que la LRP no alterase la esencia del régimen, el Gobierno decidió enviarla sin modificaciones a las Cortes. Una vez allí, se aceptaron cuatro enmiendas al proyecto que aludían a la ruptura que suponía la LRP como impedimento para su aprobación.

Los procuradores que rechazaban la LRP, conocidos como “el búnker”, se basaban en que la Guerra Civil fue una consecuencia de la existencia de partidos políticos. En el otro extremo se situaban los impulsores de la reforma como Adolfo Suárez. En cuanto a los procuradores que se encontraban en medio, el sentido de su voto se decidió por un sentimiento básico: la ambición. La llegada de la democracia cada vez era más clara y, por tanto, la continuidad de su carrera política conllevaba apoyar la LRP. El voto favorable no era gratuito en algunos casos. Por ejemplo, Alianza Popular obtuvo unas normas electorales ventajosas a cambio de votar a favor.

Tras tres días de intervenciones, el 18 de noviembre se procedió a comenzar con la votación. La LRP obtuvo 425 votos a favor, 59 en contra y 13 abstenciones. La última ley fundamental del franquismo había superado uno de los principales escollos, pero aún quedaba una barrera por superar: su aprobación en referéndum.

Cartel electoral para el referéndum sobre la LRP
Fuente: lacasadelarcerojo.es
España se preparó para votar democráticamente. El Gobierno desplegó una amplia campaña propagandística a favor del sí, mientras que la oposición que proponía romper bruscamente con el régimen franquista apoyó la abstención. Tan solo la ultraderecha instó a sus filas a votar en contra.

El 15 de diciembre de 1976, un 77,4% de los españoles llamados a votar respondieron a la pregunta “¿Aprueba el proyecto de Ley para la Reforma  Política”? El éxito fue abrumador. Un 94,2% de los votantes apoyaron el proyecto, frente a un 2,56% que lo rechazaron.

Así comenzó el proceso de eliminación de las instituciones franquistas que culminaría con la Constitución de 1978. Empezó con un referéndum y terminó con otro. Legitimó el nuevo sistema sobre la voluntad del pueblo y no sobre su sangre. Otra novedad para el bizarro pueblo español.


BIBLIOGRAFÍA

  • CEBRIÁN ZAZURCA, Enrique. La Ley para la Reforma Política: la memoria de la Guerra Civil en los inicios de la transición. En: PASAMAR, Gonzalo. Ha estallado la memoria: las huellas de la Guerra Civil en la Transición a la Democracia, Madrid, Biblioteca Nueva.
  • RTVE. La Transición Española. La Ley de Reforma Política. [en línea] Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=iB5XTHKyYzc

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