domingo, 24 de julio de 2016

Mi verano de becario II

Segunda parte: Sentimientos en el ambiente laboral
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El otro día, una periodista de Aragón Radio que ya lleva unos cuantos años trabajando en el medio me contó alguna anécdota laboral y, entre ellas, una en concreto me llamó mucho la atención. Hay unos cuantos oyentes fieles que suelen marcar el teléfono cuando pedimos participación a través de las ondas. Son pocos, pero siempre son bienvenidos. 

Resulta que uno de esos oyentes —cuyo nombre debí apuntar—, un pastor, tuvo que llamar a gritos a su perra mientras hablaba en directo con la radio. La perra se llamaba como mi compañera y no era una casualidad, le había puesto su nombre por ella. Y no era un admirador excéntrico ni un hombre con poca imaginación. Simplemente le había puesto a su mascota el nombre de la mujer que le acompañaba todas las mañanas.

Es muy difícil que nos enganchemos a la radio en grupo, no es Snapchat. La radio es un medio de comunicación personal. Íntimo. Hay colectivos que tienen que acostumbrarse a pasar la mayor parte de las horas del día solos: ancianos, agricultores, pastores, taxistas… Para ellos la radio no es un entretenimiento durante los trayectos en coche. Es la voz que les acompaña durante una enorme parte de sus vidas y eso crea una relación especial entre el oyente y el emisor.

Conclusión:

Consejos que todo becario estudiante en prácticas debe seguir cuando empieza a trabajar en una empresa

1. Lo que haces es importante para otra gente
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¿Qué quiero decir con la parábola esta que me he marcado del pastor y la radio? ¿Qué en tus escasos meses de trabajo no remunerado vas a conseguir cambiar la vida de la gente? No. No directamente, al menos. Pero lo que hagas, sea lo que sea, sí será importante para muchas personas. 

Da lo mismo que trabajes dando noticias y entretenimiento, como es mi caso, o fabricando tornillos. Esos tornillos acabarán sirviendo para montar la cama de una pareja que comienza una vida junta o será la primera piedra de una start up que dará trabajo a mucha gente. Por primera vez, dejas de trabajar por ti mismo para empezar a trabajar por ti mismo y por otros. Y eso es una gran diferencia.

2. Qué hacer cuando te llevas una bronca
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Esta vez la anécdota no es lo importante. Dejémoslo en que algo no salió bien en uno de los programas y hubo un toque de atención hacia el equipo. Pero esa llamada al orden me sirvió para preguntarme qué debe hacer un becario cuando se lleva una bronca.

En primer lugar, lo más preocupante sería que no te llevases ninguna. ¿De verdad crees que empezando de cero vas a hacerlo todo bien? Si no te han llamado nunca la atención, es porque no se han preocupado demasiado por cómo lo has hecho ni por cuánto has aprendido. Así que más vale asumir que en algún momento u otro nos va a caer un rapapolvo por haberla cagado.

Una vez que llega, hay que aceptarlo. Mantenerse firme y diplomático y reconocer que te has equivocado. Ellos y ellas también se equivocan todos los días, no pasa nada. La diferencia está en quién lo reconoce y quién echa la culpa a los demás. Y nunca es bueno estar en el segundo grupo.

Por último, aceptar las críticas no significa renunciar a lo que piensas. Si crees que en realidad no te has equivocado y que te están culpando por algo que no has hecho —y muy probablemente esto también ocurrirá—, es casi un deber moral no renunciar a tu punto de vista. Expresarlo con educación y humildad, pero expresarlo. Porque puede que en ese momento incrementes la ira de tu superior, pero te aseguro que tendrá en cuenta el valor y la entereza. Y ya si consigues mantener tus ideas con elegancia y sin perder los nervios, te marcarás un plus.


Si tienes algún otro consejo que quieras compartir o una anécdota que te haya ayudado en tus prácticas, no lo dudes. ¡Compártelo en los comentarios!

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