domingo, 11 de octubre de 2015

La importancia de irse

  • Dimite la secretaria general de Podemos en Cataluña

Gemma Ubasart, la hasta hace bien poco lideresa de la formación morada en Cataluña, entendía su puesto como “un compromiso militante por un período corto de tiempo”. Y, efectivamente, ha sido corto. Ocho meses, para ser exactos. 

¿La razón de su marcha? No le gustó la campaña que se llevó a cabo para las elecciones catalanas. Esas elecciones en las que aspiraban a superar al PSC y en las que acabaron obteniendo dos escaños menos que ICV en 2012

Fuente: noticiasdenavarra.com
Desde luego, algo mal se hizo en esta campaña y Ubasart, como cabeza del partido, ha sabido aceptarlo y renunciar a su puesto. Una decisión difícil ya que, si bien a ella le correspondía la responsabilidad por su cargo, es cierto que las decisiones se las tomaron otros.

Ese ha sido el punto que ha criticado Ubasart. La participación, o más bien el método utilizado, de los líderes nacionales del partido. Iglesias, Errejón, Echenique… Todos se involucraron en la campaña. Puede que demasiado. El propio Pablo Iglesias reconoce que la situación en Cataluña es diferente al resto de España y, en consecuencia, la política que se desarrolle en este territorio también debe ser distinta. Entonces, ¿por qué llevar como cabezas de cartel a madrileños o aragoneses? Para Ubasart, esta estrategia llevó a Catalunya Si que es Pot a la “marginalidad del unionismo” —por cierto, me encanta esta expresión— y, en consecuencia, a ser la antepenúltima fuerza del Parlament empatando en escaños con el PP.
Fuente: eldiario.es

Y yo me pregunto: ¿dónde hemos visto una situación así antes? Un partido de izquierdas que obtiene unos resultados mediocres por culpa de otro que juega en su mismo territorio, por culpa de otro que quiere acabar con el PP. Las elecciones municipales del 24M ofrecieron unos resultados paralelos en las grandes capitales, aunque en esta ocasión el damnificado fue el PSOE y el beneficiado fue Podemos —es increíble ver cómo ha cambiado la situación en cuatro meses—. 

Sin embargo, además del color de la derrota, hay otra diferencia: la respuesta a dicho descalabro. Antonio Miguel Carmona, Joan Calabuig, Carlos Pérez Anadón, Jaume Collboni… Todos siguen en su puesto a pesar de que han hundido a su partido en sus respectivos territorios.


Es más, cuando la nueva dirección del Partido Socialista de Madrid echó a Carmona de la portavocía de los socialistas en el consistorio madrileño, su reacción fue de cabreo y resentimiento. Llamando a la venganza y a la rebelión. En lugar de haber dimitido la misma noche electoral se aferró al asiento clavando las uñas. ¿Este es el cambio del PSOE? ¿Este es su abandono de la vieja política? Si Pedro Sánchez quiere alcanzar la Moncloa, parece que le quedan muchos dinosaurios a los que destruir.

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