jueves, 17 de septiembre de 2015

Ni ha explotado el mundo, ni ha llegado la utopía

  • 100 días con los nuevos alcaldes y alcaldesas
Fuente: Europa Press

¿Alguien ve soviets en Madrid? ¿Ha declarado ya Valencia su independencia del Estado Español? ¿Pedro Santisteve, alcalde de Zaragoza, ha defendido a algún asesino? ¿Ha abandonado Paco Marhuenda la ciudad de Barcelona ante la victoria de Ada Colau?  Nein, nein, nein y nein.

Hace cien días que se constituyeron los nuevos ayuntamientos de todo el país en base a los resultados de las elecciones del 24 de mayo. Pero esas no fueron unas elecciones normales, no siguieron el mismo patrón que sus predecesoras. Los partidos que se enfrentaban al bipartidismo plantearon una campaña electoral diferente, con actos sencillos y cercanos al ciudadano y aguantando descalificaciones de lo más variadas. Y funcionó. Una comparación entre los resultados municipales y autonómicos es muy esclarecedora. 

Elaboración propia

Tomemos las comunidades de Aragón, Madrid y Valencia, con sus respectivas capitales, como ejemplo. Si comparamos los resultados obtenidos por las principales candidaturas de izquierda (excluyendo al PSOE) en la comunidad y en la capital, vemos un gran incremento de votantes en las grandes urbes. Esta diferencia es la que ha permitido que, mientras que en Aragón y la Comunidad Valenciana gobierna el PSOE, en sus capitales lo haga Zaragoza en Común y Compromís, respectivamente. En el caso de la Comunidad de Madrid y la capital, es muy destacable que los votos que Cristina Cifuentes sacó de ventaja a Esperanza Aguirre en la capital, habrían bastado para que la alcaldía de Madrid siguiera en manos del PP.

Realizar una campaña diferente otorga resultados diferentes. Y no ser un partido tan odiado como el PP —Pedro Sánchez ha equiparado en numerosas ocasiones a los populares con Bildu al ser estos dos los únicos partidos con los que nunca pactaría— ayuda a poder sacar los pactos postelectorales adelante.

Así fue cómo alcanzaron el poder pero, ¿qué hay de las propuestas? ¿Cómo van los compromisos que los candidatos tomaron durante la campaña? No se puede realizar un balance de gobierno con solo 100 días de acción, más aún teniendo en cuenta las vacaciones de verano con las que se han topado. Sin embargo, es cierto que algunas promesas ya se han cumplido, como la paralización de los desahucios —este solía ser el objetivo central de las “candidaturas de unidad popular”—. También hay voces que reconocen ya que habrá contradicciones con el programa electoral, como el ayuntamiento de Zaragoza que va aumentar el IBI a las residencias más baratas y a bajárselo a las más caras en su búsqueda de un impuesto progresivo en función de la renta.

Nuestra vida sigue esencialmente igual pero, ¿de verdad se esperaban otra cosa? ¿Qué creían que iba a pasar? Ni el país iba a arder ni íbamos a alcanzar la igualdad social. Y esto no ocurrirá ni dentro de otros cien días, ni al final de esta legislatura, ni al final de la siguiente. Pero esto es lo normal, lo esperable. Porque son alcaldes y alcaldesas, no dioses. Los verdaderos cambios tardan generaciones en llegar y cada cuatro años tan solo elegimos qué ligero desvío del camino cogemos.

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