domingo, 7 de febrero de 2016

Y la Presidencia del Gobierno es para...

Bueno, solo hay dos nominados, ya lo sabemos. Pero ayer solo uno de ellos estuvo presente en la gala de los Premios Goya —la cual fue vista en algún momento por más de 10 millones de espectadores—, Pedro Sánchez. Mariano Rajoy, el Presidente en funciones que se queja de que no quieren hablar con él para formar gobierno, se quedó en casa. El resto de líderes sí acudieron: Albert Rivera, Alberto Garzón y un Pablo Iglesias que sorprendió llevando un esmoquin.

La periodista Lucía Méndez le pregunta hoy en El Mundo a Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia y candidato a suceder a Rajoy en el liderazgo del PP, si cree que su partido es antipático. Al fin y al cabo, alguna explicación tiene que haber a que el partido más votado sea incapaz de formar gobierno. Feijóo no lo niega y acaba diciendo que “Sánchez es el peor líder que ha tenido el PSOE”. Haciendo amigos, vaya.
EFE

Con los anuncios que utilizó el PP en la campaña del 20D (como el de los hipsters o el de los moteros) y las apariciones de Rajoy en En tu casa o en la mía, la Sexta Noche o Qué tiempo tan feliz parecía que algo estaba cambiando en la comunicación del partido. Sin llegar aún a los niveles de éxito de los partidos emergentes, parecía que estaban haciendo las cosas bien, que podían conectar con sus votantes enfadados y con los jóvenes de derechas que dudasen entre ellos y Ciudadanos. 

Pero han pasado las elecciones y volvemos a lo de siempre. A criticar a todos los partidos, a hablar de la herencia recibida y a no acudir a los eventos importantes a los que el resto de formaciones políticas sí dan importancia. 

Íñigo Méndez de Vigo con Antonio Resines | EFE
Afortunadamente, el PP mandó a alguien a la gala de los premios del cine español y no repitió el ridículo que hizo José Ignacio Wert en 2014 al no acudir a la ceremonia. El actual ministro de cultura, Íñigo Méndez de Vigo, asistió y aguantó los dardos de Dani Rovira. Sin embargo, no aceptó preguntas y se limitó a sonreír y posar ante las cámaras. Como si nos interesase qué lleva puesto y no qué tiene que decir.

Cuando un partido quiere gobernar, no solo tiene que ser generoso y conciliador en las negociaciones, también tiene que parecerlo en público. Y anoche Sánchez, Iglesias, Rivera y Garzón charlaron, se hicieron fotos y envainaron sus armas para disfrutar de la cultura y apoyar el cine español. Puede que el gesto de acudir a esta gala no cambie nada en las negociaciones que se están desarrollando entre estos partidos, o puede que la conversación y las copas de después ayuden a desencallar aspectos que estaban bloqueados. 


Lo que no ayuda ni a la investidura ni a obtener votos entre la ciudadanía es que los ministros se muestren encerrados en una burbuja de la que solo salen para hacerse fotos, como si los premios Goya fuesen el coñazo que te obliga a salir del palacete una vez al año.

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