miércoles, 6 de enero de 2016

Involucionamos

“Imagina ser Diseñadora de Moda”. “Imagina ser Estrella del Pop”. “Imagina ser Patinadora”. Imagina ser ingeniera, médica, empresaria… ¿reina? ¿Imagina ser reina? Fernando VII, rey infame de nuestra historia donde los haya, que se saltó la Constitución de Cádiz dos veces para seguir ejerciendo su poder absoluto prohibiendo a España abrazar el liberalismo de la época que llevó al resto de naciones europeas a la primera posición mundial, imaginó a su hija Isabel como reina

El rey Fernando aprobó la Pragmática Sanción en 1830, permitiendo que su futura hija Isabel heredase el trono. El hermano del rey, Carlos María Isidro, nunca aceptó esta ley, ya que él, el hombre más cercano genealógicamente al rey, debía ser el heredero. Pero Fernando se mantuvo en su pensamiento de que su hija debía ser Reina de España y no derogó la ley. A su muerte, comenzó la Primera Guerra Carlista, que duró siete años y provocó más de 135.000 muertos.
Biel Aliño | El Mundo

Todo por la idea de que una mujer podía ser reina. Por querer cambiar el curso de la historia para que no solo el hombre pudiese gobernar. Y me refiero a la historia de verdad, la que se estudia en los colegios públicos y la que sufrieron nuestros antepasados. Afortunadamente, hoy en día tenemos muy asumida la idea de que una mujer puede ser lo que ella quiere, incluso reina. ¿O no?

Dejemos a un lado que nuestra Constitución, esa ley fundamental que es perfecta y, por tanto, no debemos tocar o se abrirá una gran grieta en el suelo que nos conducirá a todos al abismo, donde Lucifer nos clavará un tridente en el culo durante toda la eternidad; esa Constitución nuestra, pone por delante al hombre a la hora de ser Jefe del Estado. El Borbón macho reina antes que el Borbón hembra, vaya. Por esta distinción, nuestro actual monarca se llama Felipe y no Elena.

Dejando a un lado este detalle, decía, no tengo tan claro que una mujer pueda ser reina en la España de hoy. Y si no, vean el revuelo que se ha montado por las cabalgatas en las que han salido mujeres a hacer de Melchor, Gaspar, o Baltasar o de los tres, como en el caso de Valencia. En este último caso, las tres reinas magas ni siquiera desfilaron en la cabalgata del día 5, lo hicieron en otro espectáculo que se celebró el día 3. Sí ha habido auténticas reinas magas en las cabalgatas de San Blas, Ciudad Lineal, Vallecas y algún otro municipio como Montefrío (Granada).

He oído que estas mujeres rompen con la tradición, que vulneran una realidad histórica (la Biblia, ese gran manual de Historia que habla de zarzas ardiendo y diluvios universales) y que ponen en peligro la creencia de los niños en los reyes magos. Y es que cuando nos quedamos sin argumentos sólidos solemos recurrir a los niños, al nazismo o a Venezuela, que está de moda últimamente.

Pero a estos críticos les voy a dar la razón parcialmente: sí, se ha roto con la tradición. ¿Y? ¿Dónde está el problema con romper tradiciones? Porque no creo que todas las tradiciones sean buenas y haya que respetarlas, igual que no todas las modas revolucionarias deben ser abrazadas.

El argumento de los niños ya me produce un poco más de urticaria. ¿De verdad un blanco embadurnado en betún no les rompe la ilusión pero una mujer sí lo hace? ¿A nadie se le ha ocurrido decirles que la cabalgata es una representación y que los Reyes vienen por la noche? O aún mejor, ¿nadie puede decirle a su hija que esa reina maga lo ha hecho mejor que un hombre y se ha ganado su puesto?


Aún con el siempre vivo recuerdo de la reina Isabel La Católica, la idea de que una mujer pudiese ser reina de España parecía una barbaridad en el Siglo XIX. Pero Fernando VII apostó por ella. Y sus partidarios también. Y los miles de combatientes que murieron por ella, y por el resto de ideas liberales que eran considerados como abominaciones en su momento, también perecieron por ella. ¿Ahora nosotros vamos a crear polémica porque salga una reina maga?

No hay comentarios:

Publicar un comentario