viernes, 22 de enero de 2016

Jaque

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Cuando juegas al ajedrez, preparas una estrategia que se puede alargar durante muchos movimientos con un único objetivo: acabar con el rey contrario. Matar al rey contrario. Porque solo puede haber un rey, solo una persona puede sentarse en el trono. Solo hay un Presidente del Gobierno. Y todos los que juegan al ajedrez quieren ganar la partida, nadie se coloca al frente de un ejército de peones, caballos, alfiles, torres y una reina para ser segundo. Nadie cruza el tan peligroso puente de la política para ser vicepresidente.

Pablo Iglesias ha propuesto esta mañana, junto a sus capitanes y capitanas más fieles, una coalición entre el PSOE, Podemos e IU. Bloque que, por cierto, no alcanza la mayoría y necesitaría del PNV para salir adelante. Pero dejando a un lado esta necesidad, parece que el reparto de ministerios entre los tres partidos es la fórmula escogida por los podemitas. Un reparto que, de conformarse según los votos, sería casi igualitario entre los morados y los rojos, ya que tan solo algo más de 300.000 votos separaron a estos dos partidos en las elecciones.



¿Qué ministerios caerían en qué partido?
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En su anuncio, Iglesias estaba acompañado por Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Irene Montero, Julio Rodríguez, Xavier Domènech y Victoria Rosell. Estos serían siete posibles ministros que ya sonaron durante la campaña como Ministro de Defensa, en el caso de Julio Rodríguez o Ministra de Justicia, para Victoria Rosell. Iglesias también ha dejado caer que propondrán crear un Ministerio de la Plurinacionalidad, encabezado por Domènech, y que quieren una cartera para IU, con lo que Alberto Garzón podría convertirse en Ministro de Empleo, según han apuntado hoy en Al Rojo Vivo.

En la anterior legislatura hubo trece ministerios, con lo que Podemos e IU acapararían más de la mitad de los gabinetes. Sin embargo, quedan en el aire importantes carteras como Asuntos Exteriores, Economía, Hacienda o Educación. Además, podrían crearse otras como un Ministerio del Medio Ambiente —ahora integrado en Agricultura— o  se podría recuperar el Ministerio de Igualdad —que ahora está en Sanidad—.



¿Se conformaría Pablo Iglesias con ser el número dos? 
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Puede provocar una ofensa entre los dos y exigir un juicio por combate, pero no es la solución más elegante. En realidad, la maniobra que podría encumbrar a Pablo Iglesias a la Presidencia parece haberse realizado ya. 

La coalición con Podemos puede quebrar el PSOE ya que a muchos sectores, especialmente al liderado por Susana Díaz, la idea de colocar a Iglesias como Vicepresidente les provoca picores por todo el cuerpo. Una revolución en las filas socialistas podría llevar a convocar otras elecciones en las que, según varios medios de comunicación, Podemos aumentaría sus votantes y adelantaría al PSOE.

Por el contrario, si las negociaciones llegan a puerto y se reparten los ministerios, Podemos se mostrará como un partido de Gobierno, ya no serán los recién llegados y podrán mostrar sus logros para las siguientes elecciones —que podrían ser más pronto de lo que pensamos, ya que ningún partido tiene mayoría en el Parlamento—.

Pero gobernar es encontrarse con dificultades día sí y día también. En la serie The Wire, el alcalde de Baltimore recibe una advertencia de su predecesor en el cargo: Ser alcalde (tener el poder) es “estar sentado comiendo mierda todo el día, día tras día, año tras año”. ¿Cómo venderá Podemos tras estar en el Gobierno que son un partido nuevo y totalmente diferente a la casta del PSOE?



¿Pedro Sánchez se dejaría manejar por Pablo Iglesias?
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Siguiendo con las series norteamericanas, hoy en las redes se compara a Pablo Iglesias con Frank Underwood, el maquiavélico presidente de Estados Unidos protagonista de House of Cards, por sus estrategias políticas para alcanzar el poder. Sin embargo, Pedro Sánchez ha conseguido aguantar en la secretaría general del PSOE durante mucho más tiempo del que pronosticábamos y se postula como Presidente del Gobierno. A pesar de los problemas de su partido, consigue no hundirse y mantenerse en el trono. Y llegados hasta aquí, no va a dejar de pelear.


Viendo los métodos del líder de Podemos, Sánchez estará prevenido en todo momento del cuchillo que tiene muy cerca de su espalda y puede contraatacar. Sería un grave error menospreciar al líder de los socialistas.

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