miércoles, 20 de enero de 2016

Spring is coming

A menudo pensamos que nuestros problemas son más importantes de lo que realmente son. No pasa nada, es algo que hacemos todos y que está presente en la condición humana. Normalmente acabamos sufriendo un problema de verdad que nos vuelve a poner los pies en el suelo y consigue que recuperemos la perspectiva, que miremos desde otro ángulo.

¿Realmente es tan importante que Podemos tenga cuatro, tres o un grupo parlamentario? ¿A la familia que a duras penas sobrevive con la pensión del abuelo o la abuela le interesa qué partido dispone de más minutos en el Congreso?

Estos teatrillos que se forman en nuestras instituciones suelen ocupar páginas de periódicos y minutos de radio y de televisión porque son muy jugosos. Para los periodistas que viven de la política, ver cómo aquel le pega una buena cuchillada por la espalda al de más allá es un espectáculo excitante. 

Pero tarde o temprano tendremos que volver a la calle, tendremos que volver a mirar al sufrimiento a la cara. Al sufrimiento que miles de personas viven en nuestro país cada día. Miles de personas que han confiado en unos políticos para que arreglen sus problemas, que los han elegido para que les mejoren un poco la vida.

Y si aún creen que todavía no hemos alejado demasiado el foco, tienen razón. Si de los problemas reales de la gente se habla poco, de los hombres (por desgracia, son mayoritariamente hombres) que realmente tienen el poder, se habla aún menos. 

Hablo de poder real, del que está por encima de nuestro Gobierno y del Ibex 35. Del poder internacional que se esconde en las sombras y que tiene absoluta libertad de movimiento. De los grandes empresarios mundiales que desvían sus ganancias a paraísos fiscales. De los diplomáticos que resuelven los conflictos entre países y de los que nunca oiremos hablar. En definitiva, de las 2.500 personas que están ahora reunidas en Davos, Suiza.

Pierre Moscovici
Uno de los asistentes a la cumbre es Pierre Moscovici, el comisario de europeo de Asuntos Económicos y Financieros. Dicho de otro modo, este es el hombre que decide sobre las finanzas de toda la Unión Europea. Y tiene un objetivo: España.

Porque para la élite mundial, los problemas de los politicuchos españoles para formar Gobierno son algo menor, y tienen razón. Para la élite mundial, los problemas de los ciudadanos pobres españoles son algo menor, y no tienen razón. Para la élite mundial, el verdadero problema es que la economía española se mantenga estable, firme y solvente. Vamos, que paguen sus deudas. Tanto si colocan la prima de riesgo a 100 puntos o a 600.


A Moscovici le ha tocado advertir a nuestro Gobierno en funciones que “no tiene legitimidad para presentar un nuevo presupuesto”, que debe “encontrar una solución” a la situación política y que tiene que realizar los recortes acordados. Según Europa Press, el comisario a subrayado que en primavera deberá abordarse la cuestión “seriamente”. Solo falta la cabeza de caballo. Eso y que tengamos una democracia auténtica en la que la ciudadanía controle, ya ni pido que sustituya, a estos poderes. Pero esa ya es otra historia, ¿no?

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